El dicho de que en el amor y en la guerra todo se vale es una de las tantas cientas de cosas que jamás pude aplicar en mi vida cotidiana. Básicamente porque en el amor no tuve tanta suerte y entre mis suertes, nunca tuve que ir a la guerra... y espero no ir nunca tampoco. Pero a veces cuando uno se enamora con obsesión de X personita, su mundo gira alrededor de tal objetivo. El tema es como hacer llegar nuestros sentimientos a nuestra a la que queremos corresponder... El problema es cuando hay un tercer sorete en discordia que viene a escupirnos el asado. Y es ahí cuando hay que actuar rápido. ¿Pero qué pasa si nos ganan de mano y no justamente por obra y gracia de nuestro enemigo, sinó por que quien nos gusta le corresponde a ese otro?. Eso se siente como un cortito al mentón y la lona nos abraza con cariño.
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